Paradojas de una universidad privada en Galicia: la impulsa un profesor de la pública y la bendice una alcaldesa socialista
PP y PSOE se dividen ante el proyecto de varios empresarios coruñeses que competiría con el campus de Abanca, al que la Xunta sí brindó su apoyo total


El empresario Venancio Salcines no es hombre de palabras comedidas. Este exconcejal del PSOE que militó 20 años en el partido, profesor en excedencia de la universidad pública de A Coruña, vive hoy entregado a ensalzar el liberalismo económico y fustigar el “estatalismo de España”. Se declara llamado a “emular” a Leland Stanford, el magnate que fundó el elitista campus estadounidense que bautizó con su apellido. Con el apoyo de otras familias empresariales coruñesas, desde los dueños de la cervecera Hijos de Rivera a los de la compañía del juego Luckia, Salcines encabeza un proyecto para abrir la que sería la segunda universidad privada de Galicia y de su ciudad. La iniciativa ha desatado un remolino político que mezcla amigos y enemigos aparentemente insospechados, rivalidades empresariales, fútbol y festivales de música.
La fiebre por el negocio de la enseñanza superior privada ha llegado a Galicia, un territorio que cuenta con tres universidades públicas y muchas carreras multiplicadas. En 2022, la Xunta autorizó el primer campus privado de la mano de Abanca, principal banco de la comunidad. Ahora, la propuesta de estos empresarios coruñeses comandados por Salcines divide al PP y al PSOE. A diferencia de la Universidad Intercontinental de la Empresa (UIE) con la que competiría, el proyecto no cuenta con el apoyo expreso del Gobierno de Alfonso Rueda, pero sí de destacados dirigentes coruñeses de su partido. Y mientras tampoco gusta al Ministerio de Universidades de la socialista Diana Morant, entusiasma al gobierno local de A Coruña que comparte con ella el puño y la rosa.
El proyecto se empezó a tramitar en 2021, pero la Xunta, encargada de autorizarlo, lo ha guardado en un cajón, iten fuentes próximas al proceso. En marzo del año pasado, fue sometido a la votación del Consejo General de Política Universitaria (CGPU), un órgano que integran las comunidades autónomas. Recibió siete votos negativos y otras tantas abstenciones. No lo respaldó ni el representante de Rueda, que se abstuvo escudándose en un informe técnico de legalidad que llevó el Ministerio de Educación a la reunión y que cuestionaba su solvencia económica. Los promotores del proyecto sostienen que, con la normativa actual, acreditar esa viabilidad no era un requisito en esa fase de la tramitación. A la pregunta de si apoya o no la bautizada como Universidad Emilia Pardo Bazán, la Consellería de Educación la compara con el campus de Abanca: “El único proyecto de universidad privada que opera actualmente en Galicia fue aprobado por el Parlamento de Galicia después de obtener un informe favorable del ministerio”.
Como si esta parálisis en los despachos de la Xunta en Santiago no existiera, la universidad que sus promotores sueñan con convertir en una “Deusto a la gallega” fue presentada por todo lo alto hace unas semanas en A Coruña. Salcines y el resto de promotores recibieron el respaldo no solo del Gobierno socialista de A Coruña, que hasta celebró una recepción en su honor, sino también de destacados dirigentes del PP local. En primera fila, como la alcaldesa Inés Rey, se sentó el exalcalde del PP y presidente de honor del partido en la provincia de A Coruña, Carlos Negreira, actualmente volcado en su consultora empresarial Wind One Advisors. También asistieron el líder del PP local, Miguel Lorenzo, y su vicepresidente provincial y presidente del Puerto de A Coruña, Martín Fernández Prado.
El equipo de Rey defiende este respaldo. “La alcaldesa apoya la iniciativa privada en la ciudad, siempre que suponga creación de empleo y riqueza para la ciudad”, señalan fuentes de su gobierno. “Defiende, por encima de todo, la educación pública, pero no se opone a la oferta privada siempre que cumpla, lógicamente, con la ley”. Pese a que en un primer momento la alcaldesa aseguró que el proyecto contaba con la valoración positiva del Gobierno central, el consistorio esquiva ahora este asunto: “El Ayuntamiento carece de competencias en educación, por lo que más allá de recibir a los promotores no puede entrar a valorar los detalles del proyecto”.
El ministerio insiste en que esta universidad fue informada desfavorablemente por la Conferencia General de Política Universitaria y evita valorar el apoyo de Rey. A la alcaldesa le han caído críticas dentro de su partido y también por parte del BNG. La dirección gallega del PSOE subraya el dictamen negativo de la CGPU y afirma que solo defenderá “iniciativas que cumplan con los más altos estándares de calidad, rigor académico y servicio al conjunto de la sociedad gallega”.
“Intereses empresariales”
Contra la apertura de una segunda universidad privada en Galicia se han posicionado sin ambages el Rectorado de la Universidad de A Coruña, el Claustro de la Universidad de Santiago y los sindicatos CIG, CCOO y UGT. Las dos primeras centrales sindicales han cargado contra la alcaldesa socialista por “fortalecer la privatización” del sistema universitario gallego que impulsa la Xunta del PP y “amparar iniciativas que responden a intereses empresariales”. La CIG ve en el proyecto una “apuesta de un importante lobby empresarial coruñés que vio con malos ojos que Feijóo concediera” a Abanca “el premio” de la primera universidad privada de Galicia. La universidad promovida por el banco ha declinado valorar la propuesta de los empresarios coruñeses: “No entendemos la competencia en ningún otro sentido más que compitiendo con nosotros mismos”.

El apoyo de la alcaldesa socialista de A Coruña al proyecto universitario que competiría con la institución académica de Abanca se produce en medio del conflicto que su gobierno mantiene con esta entidad financiera, dueña del Deportivo de A Coruña. La pugna gira alrededor del control del estadio de Riazor, propiedad municipal pero cedido al club a través de un convenio. El Ayuntamiento pretende convertir el recinto en un espacio donde programar grandes festivales y conciertos, un negocio con la vista puesta en las ambiciosas obras de ampliación que necesita para ser sede del Mundial 2030. Estos planes pergeñados por el ejecutivo local disgustan a Juan Carlos Escotet, propietario del banco y presidente del Dépor.
El consejero delegado del club cargó duramente hace unos días en La Voz de Galicia contra el gobierno local por programar sin consultar un concierto en el estadio de El Último de la Fila para 2026. Acusó al equipo de Rey de mentir. Salcines, que ha declinado hacer declaraciones a este periódico, reaccionó en sus redes sociales: “¿Qué haría [yo] si fuera Juan Carlos Escotet, propietario de Abanca y presidente del Deportivo? Cesar a este hombre, pedir disculpas, elegir a alguien más templado y volver a sentarme en la mesa de negociación”. Entre los empresarios aliados de Salcines está Tino Fernández, que fue presidente del Dépor antes de Abanca y hoy es uno de los gestores del Racing de Ferrol.
La última sacudida en el sistema universitario gallego llegó la pasada semana con otro avance de la enseñanza privada. La universidad de Abanca selló un acuerdo con HM Hospitales para poner en marcha el grado de Enfermería que ya ofrecen los campus públicos en siete ciudades gallegas. Solo unos días después, el Rectorado de la Universidad de A Coruña anunció que iniciará el proceso para ofertar la titulación de Medicina que solo se puede estudiar en Santiago. El Gobierno de Rueda rechaza el paso dado por la institución pública.
Un centro para "crear líderes", no funcionarios
El proyecto de Universidad Emilia Pardo Bazán nace de Cesuga, un centro privado del que Salcines es rector. De esta entidad ha dicho que su objetivo es “crear líderes”, que “no es una fábrica de funcionarios”. Cesuga lleva años impartiendo grados universitarios desde A Coruña gracias a su alianza con la Universidad San Jorge de Aragón, una institución católica cuyo “gran canciller” es el arzobispo de Zaragoza. No ha tenido conflictos con el PP, sino todo lo contrario. En enero de 2022, con la idea de una universidad privada ya en ciernes, su sede acogió una significativa visita. Alberto Núñez Feijóo, entonces presidente de la Xunta, recorrió sus instalaciones junto a Pablo Casado, a la sazón líder del PP nacional. Fue apenas un mes antes de que Casado fuese defenestrado y Feijóo, ascendido a la cima del partido.
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