Diez balcones con vistas al paraíso
Hay muchas formas de descubrir el alma del Principado de Asturias. Pero hay una, infalible, para intentar acaparar tanta belleza: asomarse a sus más hermosos miradores deja huella

El alto en el camino, el lugar para que los ojos se llenen de paisaje, para que la naturaleza y el silencio obren el milagro en quien los contempla: los miradores son una parada forzosa en cualquier ruta, por lo que ofrecen. Asturias es esa tierra donde la montaña se abraza con el mar, con parajes de tal belleza que cortan la respiración. Y, justamente por ello, nada como asomarse a estos diez balcones para llevarse un pedacito del alma asturiana, en esas panorámicas.
1. La Collada (Amieva). Balcón natural a los Picos de Europa
En el corazón del concejo de Amieva, a 800 metros de altitud, La Collada ofrece una de las vistas más espectaculares del macizo occidental de los Picos de Europa. Es una zona de grandes desniveles, de aldeas que parecen deslizarse ladera abajo. Accesible en coche y con aparcamiento cercano, desde este punto se contempla el valle de Amieva y cumbres como el mirador de Ordiales o el Pico La Torrezuela.

2. A Paicega (Pesoz). La memoria del río Navia
A Paicega, en el occidente asturiano, es hoy un poblado fantasma. Surgió en los años 50 del siglo pasado para alojar a los obreros que erigieron la presa de Salime. Sus ruinas, en una ladera que se descuelga hacia el embalse, conservan vestigios como la iglesia o un viejo teleférico. Por sus muestras arquitectónicas y su interés etnográfico ⎯permite entrever cómo era la vida de aquellas personas⎯ este lugar merece sin duda una visita. Desde aquí, el río Navia se muestra en todo su esplendor, enmarcado por sierras solitarias.

3. Mirador Pedro Udaondo (Cabrales). Frente al legendario Urriellu
Desde la aldea de Asiegu, en Cabrales, el mirador Pedro Udaondo regala una de las mejores postales del Naranjo de Bulnes (Picu Urriellu). Esta cumbre emblemática del alpinismo español se alza poderosa en la lejanía, recordando la leyenda de Pedro Pidal y Gregorio Pérez ‘el Cainejo’, los primeros en hollar su cima en 1904. El balcón, a 425 metros de altitud, es accesible, dispone de aparcamiento y de una pequeña área de descanso, ideal para hacer pícnic. El viajero que se acerque no debe desperdiciar la oportunidad de visitar las cuevas donde se elabora uno de los quesos más icónicos de Asturias, con denominación de origen protegida: el Cabrales.

4. Cabo Vidio (Cudillero). El Cantábrico a los pies
En la costa occidental, el último faro construido en Asturias (entre 1948 y 1950) culmina el rocoso promontorio del Cabo Vidio, de acantilados vertiginosos que proporcionan una panorámica abierta hacia el este y el oeste: la vista alcanza a divisar Estaca de Bares o el Cabo de Peñas. Un lugar mágico al que acercarse para contemplar el ocaso o la salida del sol, ya sea con el Cantábrico en calma o encrespado.

5. Monteagudo (Pravia). Donde el Nalón se rinde al mar
Entre Pravia y Somao, el colorido pueblo en el que destaca la arquitectura indiana, el mirador de Monteagudo vigila la desembocadura del río Nalón en el Cantábrico. Tras un breve paseo entre pinos, se descubren las localidades de San Esteban, L’Arena y la silueta inconfundible de la isla de La Deva. El área recreativa cercana, equipada con mesas y bancos, invita a detenerse y prolongar el instante. Es uno de las balconadas que forman parte de una ruta pensada, precisamente, para su accesibilidad en coche.

6. Meandros del Nora (Las Regueras). Esculturas del agua
El río Nora, a su paso entre Oviedo y Las Regueras, ha esculpido un paisaje de meandros que mereció la denominación de Monumento Natural. Una formación hidrogeológica que sirve para demarcar los límites entre los concejos de Oviedo y Las Regueras. Desde el mirador, situado junto a San Pedro de Nora, se aprecia ese abrazo de las aguas del embalse de Priañes con la desembocadura en el río Nalón.

7. Coto Bello (Aller). Un anfiteatro de montañas
Donde antaño hubo una explotación minera de carbón, hoy Coto Bello, a 1.207 metros de altitud, ofrece una panorámica de 270 grados sobre la Cordillera Cantábrica. En el concejo de Aller, esta miranda ⎯dedicada al ciclista Chechu Rubiera (Gijón/Xixón, 1973)⎯ congrega a senderistas, pedalistas y viajeros, no solo por su belleza paisajística (o su chigre), sino por ser punto de partida o llegada de multitud de rutas.

8. Mirador de Muniellos (Cangas del Narcea). El latido del bosque
Varias son las terrazas que sirven para asomarse a Muniellos, en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. Una buena elección: la que se se encuentra a pie de la única carretera que atraviesa la Reserva Natural, uno de los robledales mejor conservados de Europa. Sentarse en uno de sus bancos a irar la quietud de este bosque primigenio es como escuchar sus latidos, los de su flora y su fauna.

9. Campiellos (Sobrescobio). Accesible para todos
En pleno Parque Natural de Redes, el pequeño pueblo de Campiellos dispone de un mirador accesible, apto también para carritos de bebé y sillas de ruedas, tras un suave paseo de unos 700 metros por el Camín del Rebollal. El recorrido, entre robles y castaños, ofrece fuentes de agua de manantial, hasta llegar al destino final, una atalaya desde la que se divisan los pueblos de Rusecu/Rioseco, La Polina o Soto, el embalse y el pico Cuyargayos. Además, un en braille describe para los invidentes la panorámica.

10. San Roque (Colunga). Llastres, desde las alturas
En la villa marinera de Llastres, donde el aire carga el aroma espeso del salitre, una agradable caminata conduce hasta la capilla de San Roque, erigida a comienzos del siglo XVII, con un hermoso pórtico con columnas. Desde allí, en el altozano, las vistas hacia el mar son espléndidas, alcanzando a recorrer con la mirada toda la línea de costa. El Cantábrico parece fundirse con las laderas y, en días luminosos y despejados, hasta los Picos de Europa se perciben recortados al fondo.
Cada una de estas panorámicas, con sus atardeceres, sus riscos, el mar, son una promesa cumplida: la de la belleza que asalta al que recorre Asturias. Diez visiones del paraíso.
