Una voz hispana unida para transformar el futuro global

En un momento en que el mundo redefine sus ejes de poder, el mundo hispano tiene ante sí una oportunidad irrepetible: dejar de ser un actor pasivo en el tablero internacional para convertirse en protagonista del cambio. Con casi 600 millones de personas repartidas en 21 países, una lengua común y una riqueza cultural inigualable, la hispanidad está llamada a ocupar un lugar más relevante en los grandes debates del siglo XXI.

Y, sin embargo, a pesar de ese peso demográfico y cultural, seguimos estando infrarrepresentados en muchos de los espacios donde se toman las decisiones que marcarán nuestro futuro. No se trata de una carencia de talento. Se trata de una falta de articulación. Nos sobra creatividad, pero nos falta red. Nos sobra historia, pero nos falta relato compartido. Nos sobra diversidad, pero nos falta visión estratégica conjunta.

La ambición de nuestro tiempo debe ser colectiva: convertir esa diversidad en una ventaja geopolítica, económica y cultural. Superar la fragmentación. Imaginar una nueva forma de pensar lo hispano que no sea solo identidad, sino también influencia. Que no sea solo herencia, sino también propuesta. Que no sea solo pasado, sino sobre todo futuro.

Gabriel García Márquez lo expresó con claridad: “No venimos del pasado para contar historias, venimos del futuro para escribirlas”. Esa es la tarea que tenemos por delante. Porque lo hispano no es un territorio menor del pensamiento global, sino una reserva de talento, creatividad y humanidad imprescindible para abordar los grandes desafíos del siglo XXI.

Para eso necesitamos más pensamiento estratégico, más innovación con propósito y más colaboración real entre sectores, generaciones y países. Una nueva manera de ejercer nuestra voz en el mundo: no desde la nostalgia, sino desde la visión. No desde la queja, sino desde la construcción. No desde lo simbólico únicamente, sino desde lo concreto.

El mundo se está rediseñando, y si no formamos parte de ese rediseño, volveremos a quedar en los márgenes. Lo que está en juego no es solo una cuestión de reconocimiento o prestigio. Es una cuestión de justicia estratégica. Porque sin la mirada hispana, el mundo está incompleto. Y porque cualquier futuro verdaderamente plural necesita también de nuestra palabra, nuestra sensibilidad y nuestra experiencia.

Por eso, el 4 de junio nace el Club Hispanidad Futura: una plataforma para pensar juntos, proponer juntos y construir juntos. Porque una hispanidad con voz propia no solo es posible: es imprescindible.

El momento clave será la celebración, en noviembre de 2025, del Foro Liderazgo y Futuro Hispano, que servirá como cumbre preparatoria del Foro Económico Mundial de Davos 2026. Allí construiremos, junto a empresarios, pensadores, representantes institucionales y jóvenes líderes, una propuesta hispana conjunta: el documento Hispanidad Futura 2026, que será llevado a Davos por una delegación hispana seleccionada.

Porque si hablamos de futuro, no podemos construirlo sin contar con quienes lo van a edificar, los jóvenes: no como oyentes, sino como protagonistas activos del pensamiento y el debate. A través de alianzas con universidades, seleccionaremos a jóvenes líderes hispanos para que participen en foros paralelos y generen sus propias conclusiones sobre los temas clave que afrontamos. Solo integrando su mirada crítica, audaz y transformadora podremos diseñar una agenda hispana verdaderamente intergeneracional, con vocación de permanencia y capacidad real de incidencia global.